Hace tiempo, existió en Navarra la secta de las sorguiñas. Una de ellas dió a luz a un hijo del diablo que fue a estudiar a Salamanca, frecuentó la cueva y regresó a su tierra, ejerciendo como cura en el pueblo de Bargota. Poco después de instalarse comienzan a sucederse las muertes en el lugar y algunos lugareños empiezan a sospechar de él.