Cuatro directores tailandeses narran, en este filme omnibus, cómo ven el futuro de su país. Así, vemos sendas piezas en las que el futuro se mezcla con la crítica a la situación política de Tailandia. Aditya Assarat filma a un joven soldado en una galería de arte, y transmite de forma sutil el estado de represión actual. Wisit Sasanatieng firma una fábula futurista poblada de hombres-gato. El artista visual Chulayarnnon Siriphol llena la pantalla de colores en una distopía animada. Y el maestro Apichatpong Weerasethakul filma con sosiego a un hombre que habla de máquinas del sueño en una plaza presidida por un monumento patrio.