Annabeth lleva a juicio por asesinado a un jugador de baloncesto que alega haber disparado y matado a un compañero de equipo accidentalmente. Un testigo, sin embargo, declarará que el disparo fue intencional, haciendo que el padre del acusado cambie su primer testimonio para, ahora, autoinculparse. Convencida de que el padre del adolescente está mintiendo para proteger a su hijo, Annabeth investigará más a fondo el caso, descubriendo un secreto que guardaban los jóvenes deportistas y que pudo ser el desencadenante del asesinato.