En 2008, la detective Maggie Brand investiga la desaparición de Callum Reid, hijo de Claire y Daniel Reid. El muchacho desapareció mientras jugaba con amigos en una barbacoa en la casa del vecino. Maggie embarazada tuvo que abandonar el caso. Cinco años más tarde, el cuerpo del niño se encuentra enterrado a pocos metros de su casa. Decidida a descubrir al culpable, Maggie lleva una nueva investigación. Pero su dedicación al trabajo puede poner en peligro su relación con su marido, Jeb.